Se discute aún hoy sobre quién es la figura representada en el Carro del Tarot. Sin embargo, lo que es seguro es que es un ganador, una figura fuerte y poderosa, a la que sonríe la suerte, y que con sus propios medios ha obtenido un gran éxito.
Se ha considerado que puede tratarse del dios Osiris, del dios Marte (dios de la guerra), pero también de Alejandro Magno en los confines del mundo, conduciendo su legendario carro volador (alegoría del orgullo).
Quienquiera que sea este triunfador, se yergue derecho y orgulloso en el carro de la victoria (tirado por dos caballos que logra dirigir sin el uso de riendas).
La carta del Carro representa un éxito, o el empeño del consultante en la búsqueda de su éxito personal. Este éxito puede ser de todo tipo, como un éxito en campo amoroso, pero lo más probable es que sea un éxito material, como la obtención de un puesto de trabajo, ganar dinero, recibir un cumplido por algo que se ha hecho.
El amor no está excluido de la interpretación, pero destaca su lado más “real”. Por ejemplo, es difícil que represente el éxito general para conquistar a la persona que deseamos, en cambio puede ser una acción nuestra muy precisa, que nos lleva a un contacto más estrecho con la persona que deseamos, y nos pone “en su radar”.
Puede representar la necesidad de tomar conciencia de los propios medios, que sin embargo se subestiman constantemente, generando, entre otras cosas, insatisfacción.
Disciplina interior (no sin esfuerzo), que conduce al dominio de la situación y, por lo tanto, a la resolución de las circunstancias a nuestro favor.
Persona que ha aprendido a controlar los sentimientos, quizá demasiado.
Saber manejar fuerzas contrapuestas, simbolizadas por los dos caballos que tiran del Carro, que es necesario saber conducir y equilibrar.
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