Significado de la carta del Colgado del Tarot

La que aparece en la carta del colgado es una antigua forma de tortura. De hecho, el condenado a la tortura era colgado cabeza abajo de un árbol o de una viga.

Puede parecer una forma de tortura bastante leve, pero ha de ser considerada como extremadamente dolorosa, ya que es deliberadamente asimétrica, generando así grandes dolores en las personas sometidas a ella.

En efecto, la rodilla que en muchas representaciones el Colgado tiene doblada detrás de la otra pierna, es la única forma de aliviar parcialmente la enorme carga que de otro modo recae sobre la parte interior del muslo de la pierna colgada.

Interpretación general de la carta

Puede expresar un modo cualquiera de sufrimiento, impuesto por otros, o también autoimpuesto. Un ejemplo de sufrimiento autoimpuesto puede ser una idea, un sentimiento, un deseo: algo que de cualquier manera nos hace sufrir.

Es el deber diario, el tener que comportarnos de manera acorde con nuestras responsabilidades y con lo que los demás esperan de nosotros.

Puede representar todas las dependencias, como el alcohol, el juego, etc.

Una situación de bloqueo, una situación que hay que desbloquear. Probablemente no es fácil resolver esta situación. Tal vez sea necesaria una gran dosis de adaptación. Muy probablemente, para salir de ella es necesario tener en cuenta que este estancamiento es momentáneo y hay que aceptarlo. Solo aceptando tener paciencia, posiblemente la situación se desbloqueará.

Un prejuicio. Una convicción, a menudo sobre otra persona, que nos condiciona, y no nos permite gozar plenamente de los frutos de una situación que en realidad es más favorable de lo que nos parece.

Por último, puede representar una pausa de reflexión, o bien la necesidad de una pausa de reflexión. En definitiva, probablemente es necesario hacer trabajo interior, y decidir mejor lo que realmente deseamos y cómo actuamos.

Ejemplos específicos de posibles significados:

• Tenemos la convicción de que una cierta persona no es nuestro tipo, y nunca la hemos tenido en cuenta. En realidad, pensándolo bien, podría haber obstáculos que residen principalmente en nuestros prejuicios, más que en una realidad objetiva de los hechos.
• Algo nos imposibilita obtener lo que deseamos. No somos nosotros, no es otra persona específica: el motivo del bloqueo proviene de las circunstancias externas, de la situación.
• Alguien nos está haciendo pagar por un error nuestro.
• Podríamos ser precisamente nosotros quienes nos imponemos una situación de sufrimiento que estamos viviendo.
• Estamos en una relación, y tenemos deberes familiares muy concretos, que no nos permiten disfrutar libre y serenamente de lo que de otro modo serían solo situaciones agradables.
• Impaciencia. Tenemos un deseo increíble que nos arde dentro; sin embargo, precisamente por su potencia, actuamos de forma incoherente y ansiosa, generando así una falta de evolución de la situación que se nos muestra bloqueada. Debemos reconocer abiertamente que así no funciona, debemos calmarnos, dar un paso atrás y luego, lentamente, con más calma, no inmediatamente, volver a intentarlo. Es como seguir empujando una puerta que no se abre, bloqueándola aún más. Dar un paso atrás, tirar hacia nosotros, y solo en un segundo momento volver a empujar, puede ser el mejor camino para lograr abrirla.