La simbología en el Tarot según Eliphas Lévi

¿Quién es Eliphas Lévi?

La simbología en el Tarot Eliphas Lévi – cuyo verdadero nombre era Alphonse Louis Constant – fue el esotérico y ocultista más importante del siglo XIX.

Su contribución al universo mágico y esotérico del Tarot fue enorme.

Fue él quien acuñó el término Arcanos Mayores, fue él el primero en asociar el Tarot a las 22 letras del alfabeto hebreo, y estoy seguro de que todo aquel que se haya interesado de diversas maneras por el esoterismo, se habrá topado antes o después con la imagen del “Diablo” que él dibujó.

La base de su enseñanza

Existe un libro, sumamente popular, que es posible encontrar en todas partes. Es un libro oculto, de increíble poder y conocimiento, es el libro que representa la clave de todos los demás.

Dominándolo es posible hacer hablar a los muertos, comprender todos los enigmas, penetrar todos los santuarios.

Pero a pesar de que es un libro sumamente popular, la mayoría no lo considera como tal, y el conocimiento que encierra permanece sin descifrar.

Este libro es extremadamente antiguo, y está escrito con caracteres primitivos. Sus páginas están desprendidas, como las antiguas tablas.

Este libro es el Tarot, compendio supremo de todos los antiguos saberes, del que posteriormente se derivan todos los demás libros inspirados. Es la obra maestra del ánimo humano, la clave universal del conocimiento.

La explicación de los símbolos en el Tarot

  1. El Malabarista (El Mago) – La letra Alef. El malabarista tiene un sombrero con forma evidente de 8 dispuesto horizontalmente, símbolo de la luz equilibrada. Una mano levantada sostiene una varita, que es nada más y nada menos que el bastón mágico del iniciado. Sin embargo, la otra mano está bajada hacia el suelo. Con sus brazos afirma el dogma de Hermes: “Lo que está en lo alto es como lo que está abajo”.
  2. La Papisa – La letra Beit. La Papisa es la suma sacerdotisa de la naturaleza. Es la Isis de los egipcios, la Maya de los hindúes, la María de los primeros cristianos. Su figura es una manifestación de la vida, creadora, femenina. El libro que descansa sobre sus rodillas contiene los secretos de su poderosa fecundidad, contiene los secretos de la creación.
  3. La Emperatriz – La letra Guimel. La Emperatriz está sentada en el trono del mundo, con la mano izquierda sostiene hacia arriba un cetro, y con la derecha sujeta un águila. Representa la manifestación ternaria del ser: divina, espiritual, material.
  4. El Emperador – La letra Dalet. El Emperador está sentado en un trono y sujeta el cetro del mundo, coronado por una cruz. En la cabeza tiene una corona de 12 puntas, o de 12 flores. Su postura recuerda el signo del azufre de los filósofos herméticos (el triángulo con la punta hacia arriba) sostenido por una cruz (formada por sus piernas). Representa la autoridad, el Imperio universal.
  5. El Sumo Hierofante (El Papa) – La letra He. Es el Sumo Hierofante de la naturaleza. Es al mismo tiempo el hombre creado por Dios y Dios creado por el hombre. Esto es un disparate para el profano: Dios que toma al hombre como colaborador para la creación. Representa la unidad de la actividad divina. Representa al mismo tiempo el templo de la iniciación, y la iniciación misma.
  6. El Enamorado – La letra Vav. Representa al hombre, durante su vida, siempre atormentado entre dos fuerzas opuestas: la virtud y el vicio, la afirmación y la negación, el bien y el mal. El hombre tiene la tarea de manifestar su inteligencia, gracias a la libertad que se le concede, escogiendo entre el bien y el mal, entre la verdad y el error, entre la sombra y la luz.
  7. El Carro de Hermes (El Carro) – La letra Zain. El triunfador coronado que sujeta un cetro, guiando el carro tirado por fuerzas contrapuestas. Se trata de la carta número 7, número sagrado de todas las iniciaciones. Todo en la naturaleza se concibe con el 3, se expresa con el 4 y se completa con el 7. 7 es el número del descanso tras el triunfo, del descanso tras el trabajo realizado (Dios creó el mundo en 6 días, y descansó el séptimo).
  8. La Justicia – La letra Jeit. Símbolo de la justicia divina, soberana y absoluta, que gobierna el equilibrio de todas las cosas. La justicia mantiene levantada la balanza, símbolo de las leyes del equilibrio del que la misma es guardiana. ¡Ay del imprudente que haya provocado la oscilación de los platillos de la balanza de la Justicia, porque será víctima del movimiento desordenado que él mismo genera!
  9. El Ermitaño – La letra Teith. El Ermitaño envuelto en su manto, avanza en las tinieblas con la ayuda de una lámpara y un bastón. Representa al iniciado, envuelto en su manto protector hecho de discreción y prudencia. La lámpara es la de Hermes Trismegisto: la luz de la razón que ilumina el camino. El bastón es el de los patriarcas, que lo guía y protege.
  10. La Rueda de la Fortuna – La letra Yod. Una rueda movida por una manivela, a la que están agarradas dos figuras mitológicas. Una sube y la otra baja o se precipita, y su precipitación ayuda a la figura opuesta. En la cima, una figura armada mantiene el equilibrio, tranquila e impasible.
  11. La Fuerza – La letra Kaf. Una mujer que sin esfuerzo bloquea las fauces de un león enfurecido. Representa la fuerza absoluta a la que todo en el universo obedece. Representa también la fuerza absoluta del espíritu del iniciado, que domina las fuerzas del gran agente mágico.
  12. El Colgado – La letra Lamed. La horca de la que pende el Colgado representa la letra Tav. Esta horca está formada por árboles: el árbol de la ciencia y el árbol de la vida, y ambos tienen varias ramas cortadas. La cruz que se vislumbra en la figura del Colgado representa la humanidad divina, y la divina humanidad. Representa el sufrimiento de la carne, Dios crucificado por la humanidad, la inmortalidad que solo la muerte puede donar.
  13. La Muerte – La letra Mem. La Muerte no es el fin de la vida ni el comienzo de la inmortalidad. Es solo una fase de la continua transformación de la vida. Cada creación tiene lugar a través de la destrucción, como cada renovación. Cada generación es una muerte, como cada muerte es una generación. La Muerte es solo un fantasma de la ignorancia: la Muerte no existe.
  14. La Templanza – La letra Nun. Un ángel alado vierte de una copa a otra las dos esencias que componen el elixir de la vida. Es el símbolo de la naturaleza divina en el hombre y de la naturaleza humana en Dios. Es la ley de acción y reacción, la ley universal de la vida. Es la armonía del equilibrio, la perfección de las conmixtiones.
  15. El Diablo – La letra Samej. La figura más monstruosa y aterradora del Tarot. Un monstruo de pie sobre un altar, en versión totalmente maléfica. Es el Tifón de los egipcios, la Gárgola, la gran bestia de la Edad Media, el macho cabrío del Sabbat. Dios está en todas las cosas, pero no todo es Dios. Afirmar la presencia de Dios implica la existencia de la exclusión de Dios.
  16. La Casa de Dios (La Torre) – La letra ‘Ain. Una torre alcanzada por un rayo, que la derriba estruendosamente. Es el derrumbe de Babel, de la torre que los arquitectos elevaron demasiado alta, con la intención de rivalizar con Dios. Lo que está construido con la fuerza, sin seguir las armoniosas leyes de la naturaleza, cae violentamente bajo su propio peso.
  17. La Estrella – La letra Peh. La brillante estrella de la fecundidad eterna y de la juventud eterna. La verdadera vida es la luz intelectual, es la luz del alma. Es en ella que Dios ve la belleza del mundo, y es en ella que nosotros vemos la luz de Dios.
  18. La Luna – La letra Tsade. El ocultismo, el dogma, el esoterismo. No todo está claro y, no todo podrá nunca estar claro. La verdad en el fondo es una, pero tiene matices, exactamente como la luz. No todo puede ser sol y luz, de lo contrario todo se quemaría. El dogma existe precisamente gracias a sus sombras: si lo explicáramos, lo destruiríamos.
  19. El Sol – La letra Kuf. La luz verdadera, la verdad, el Edén, la puerta de acceso a la alta iniciación. El Sol resplandece sobre dos niños unidos en corro. El Edén celestial en el que Adán (el hombre) es finalmente considerado digno de ser reintegrado, gracias a la finalización de su iniciación.
  20. El Juicio – La letra Reish. Los muertos salen de las tumbas, regresando vivos a la llamada de la trompeta tocada por el Ángel del Juicio. Es símbolo de la resurrección eterna, de la llamada del verbo divino. Es la fuente de la eterna juventud, es la explicación de cómo del ciclo de vida y de muerte de elementos transitorios, se genera la eternidad.
  21. El Loco – La letra Shin. Un hombre, vestido con ropas harapientas y estropeadas, vagabundea llevando consigo un hatillo, sin duda cargado de sus propias pueriles creencias. Representa las falsas formas de iluminación, el falso misticismo, el espiritismo. Pensar en entrar en contacto con el cielo de este modo es carencia de razón. No puede entrar en el Cielo lo que no venga del Cielo.
  22. El Mundo – La letra Tav. La clave para descifrar el Tarot, lo absoluto, el 3 veces 7. El resumen de todo, el conocimiento universal. Una mujer corre dentro de una guirnalda, haciéndola girar. Es la síntesis de todas las cosas, es el movimiento perpetuo que determina el equilibrio. Es el punto de llegada, el logro de la perfección en una obra que, sin embargo, está eternamente inacabada. Es la cuadratura del círculo, el secreto de la naturaleza divina del hombre, dado por el equilibrio.
Rob Sánchez

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