La clásica imagen de la Fortuna asociada a una rueda, que con su inestabilidad coloca en una posición de buena suerte ahora a un sujeto, e inmediatamente después a otro. Es la representación de la variabilidad y del carácter cíclico de las vicisitudes humanas.
En la carta están presentes varias figuras. La figura más importante, pero que gráficamente aparece casi al margen, es la Fortuna propiamente dicha, representada por la mujer, a veces vendada, que gira la manivela a la que está unida la rueda. Después, hay dos sujetos que se representan agarrados a la rueda: una sube hacia lo alto, lo que significa que la suerte está comenzando en ese momento a sonreírle, mientras que el otro está cayendo, señal de que la suerte lo esté llevando a la ruina. La última figura está en la cima de la rueda, y es un soberano o una esfinge coronada, armada con espada, a la que en este momento la Fortuna está dando sus máximos beneficios.
Al ser una representación bien conocida en la mitología y también en el arte, el significado de esta carta es indudablemente intuitivo: la Fortuna es cambiante y pone en condiciones de benevolencia hoy a algunas personas, mientras que mañana probablemente pondrá a otras.
Representa el carácter cíclico de la vida humana, la irracionalidad del deseo de “asegurarse” (ya que para mantener la satisfacción personal es necesario siempre equilibrarse y mantenerse en lo alto de la rueda).
Tiene una doble valencia: si la suerte nos está sonriendo, no debemos ser soberbios, no debemos castigar duramente a quienes nos han agraviado, no debemos volvernos presuntuosos y creer en nuestra infalibilidad, no debemos excedernos en condenar a quien ha cometido un error.
Si por el momento la suerte no nos está brindando sus favores, esta carta indica en cambio: que es absolutamente inoportuno que nos desesperemos, porque llegarán mejores tiempos, aunque nos parezca imposible; que una persona que detestamos y sobre la que no tenemos ningún poder de intervención, tarde o temprano también caerá; que debemos prepararnos para aprovechar las oportunidades porque sin duda se presentarán, ya que es totalmente erróneo considerar nuestra fortuna y nuestra felicidad como algo estático.
Por último, hay un sentido de “reencarnación” en el significado de la carta de la Rueda de la Fortuna. Simboliza la transformación de las cosas, el final de una situación o condición, desembocando en otra situación o condición totalmente diferente.
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